lunes, 26 de septiembre de 2011

Anita Delgado, Princesa de Kapurthala

A continuación os dejo con un artículo de Manuel Martínez Molina, perteneciente a la revista del mes de septiembre de El Avisador.


Ante la aparición de una obra literaria, que glosa la sin par figura de esta extraordinaria mujer malagueña, a la que nosotros, sus propios paisanos, hemos mantenido viva en nuestra memoria colectiva, entre los iconos que no estaríamos dispuestos a arrinconar y que hemos cuidado de revitalizar con idealizados ornamentos y especiales delicias de generosa contemplación y a la que dedicamos un santuario en cada uno de nuestros corazones. Anita fue "Camelia", aquella flor temprana, hermosa y fragante que Málaga plantó en Madrid, a dúo con otra "Camelia" casi idéntica, nacida de la misma planta y cristianada como nuestra Virgen patrona, con el nombre de mujer más malagueño que registran nuestros anales: Victoria; iniciándose así la efímera, entrañable y nunca olvidada pareja de danzarinas populares españolas, bautizada y promocionada como "Las Camelias", aquella tierna simbiosis de hermanas capaces de embobar a los públicos del espectáculo teatral madrileño, aportando numerosos y personalísimos matices de variedad en el baile, las castañuelas y el zapateado, aprendidos en nuestra ciudad, bajo la ejemplar disciplina de un plantel de profesores, que colmados de sabiduría, generosidad y vocación, sembraron de arte y artistas a España desde "La Academia Malagueña de declamación", liderada y dirigida por José Ruiz Borrego, formidable actor y rapsoda malagueño experimentado, cualificado, brillante y con un envidiable palmarés de éxitos por toda España, junto a Narciso Díaz de Escovar, escritor, poeta, personaje para la historia de la literatura española y universal, autor de una innumerable antología de cantares.
Ceano, nuestro director y autor de "La Maharaní", es consciente de la aparición todavía fresca, de varias biografías bien desarrolladas y literariamente impecables, que se nos han ido presentando en 

las librerías, obras de autores que muestran su gran cariño y extraordinaria simpatía por nuestra Anita Delgado Briones, alumna pobre de la academia malagueña de declamación junto a su hermana Victoria, que siendo adolescentes todavía, abandonan Málaga cuando el céntrico


"Café de la Castaña" regentado por su padre, se convierte en un negocio inviable, para emprender mejor vida en Madrid con el nombre teatral y artístico de "Las Camelias", formando juntas un dúo de cándidas muchachas teloneras, contratadas para animar al público del teatro-frontón Central Kursaal durante los entreactos, que a pesar de su extrema juventud y nula experiencia, no pasan desapercibidas para un distinguido grupo de intelectuales de primera fila, ni para el animado jolgorio de leales al espectáculo de la moda: el cuplé y las variedades, porque en aquel espacio actúan las más cualificadas estrellas de tan divertida y pícara corriente artística, llenando todas las sesiones y enloqueciendo al brillo rutilante de Raquel Meyer, Fornarina, Bella Chelito, Antonia Mercé, La Goya y otras divas, que retiene con regocijo la memoria festiva de aquella España inolvidable y aquel Madrid repleto de diversión, muchachas esculturales, frivolidad sin límites y segundas intenciones, para burlar a la censura, tan exigente con la gente del teatro y sus maneras de cantar, gesticular y vestir.

En la feria del libro de este año, Diego Ceano nos ha hecho llegar su última obra titulada:
"La Maharaní": historia real de una malagueña que se convirtió en la Maharaní de Kapurthala, que en cuatrocientas cuarenta y cinco páginas nos muestra la biografía de "Anita, Camelia, Maharaní de Kapurthala, Raní Sahiba y Pren Kaur de Kapurthala", que todas estas gracias y tal vez alguna que olvidamos tuvo en vida aquella Camelia de Málaga, que la casualidad puso al alcance del Maharajá de un lejano, exótico y desconocido país asiático, enamorado de tan lindísima flor, para hacerla reina de su nutrido harén, esposa preferida y acompañante ideal en fiestas y celebraciones por todo el mundo, puesto que el maharajá, por su apostura, su formación occidental y sus innegables aficiones artísticas, era un asiduo a todo tipo de eventos importantes, razón que le trajo a Madrid, invitado a los esponsales de Estado entre el rey Alfonso XIII de España y la aristócrata inglesa Victoria Eugenia de Batenberg, asistiendo como espectador en el citado Central Kursaal durante las vísperas, al espectáculo de variedades y cuplé, donde quedó atrapado en la excepcional hermosura y gracia de la más joven "Camelia": Anita Delgado.
Se acabaron las desgracias y estrecheces de la familia Delgado Briones, porque a sus puertas llamó el amor entre los ramos de camelias que llegaban cada tarde al camerino, con gran derroche de generosidad en lo económico para la familia, en el esfuerzo por convertir a la chiquilla en una princesa, una mujer de su tiempo y a la moda, que deslumbrara en palacio, en la vida galante y en actividades altruistas.
Se acabó para Victoria y Anita el sueño con una ilusionada y prometedora vida de Camelias en el teatro; se acabaron para siempre los intermedios de bolero seco, de zapateado, de cachucha, de medio paso, de Piachi, de manchegas de Piruli, los zorongos de la Caleta, las seguidillas, las malagueñas, mollares y fandangos tan bien aprendidos y practicados en su Málaga natal, fábrica donde se forjaron ellas, además de otros importantísimos e históricos personajes del espectáculo.
Este es tan sólo un somero esbozo en el exordio de esta obra; el resto de esta apasionante historia sobre la vida y obras de nuestra Maharaní, nos lo narra Diego Ceano en su extenso libro, abundando en nuevos descubrimientos, entrevistando a quienes la conocieron, a quienes conservan sus recuerdos y hasta bajando a los mentideros donde reina la fábula, la leyenda y hasta el disparate como en los sueños, porque esta Camelia de Málaga es un personaje para soñar.

Manuel Martínez Molina

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