Es un hecho que despista enormemente a las víctimas constatar que no es lo que hacen o lo que han hecho en su trabajo (siempre mal por cierto) sino el hecho de “ser como son” lo que desencadena las iras del acosador. Un perfil habitualmente favorecedor en forma de éxito personal o profesional de la víctima suele llevar a esta a no comp ...render nada de lo que le ocurre. Creyendo y esperando el premio o las buenas consecuencias por lo que han conseguido alcanzar o lograr, a las víctimas se les proporciona a cambio uno de los más terribles castigos que se puede ofrecer a las víctimas (el mobbing).
Es precisamente lo que de positivo tiene la víctima lo que va a convertirla en amenazante. No en abstracto sino para toda aquella madrastra cuyo narcisismo le hace vivir ese factor positivo como amenazante por ser fuente de un malestar interno. La madrastra (el acosador narcisista) se adelanta al detectar y percibir muy rápidamente el carácter favorecedor que amenaza un Yo muy frágilmente construido sobre la ficción del espejo siempre quebradizo que es la opinión de los demás.
Esa amenaza para el acosador se materializa en un profundo y pervasivo sentimiento de envidia que siente respecto a su víctima. El origen de todo el proceso radica en la respuesta de la madrastra ante la mala noticia que le proporciona el espejo social: “ya no eres la más hermosa. Lo es Blancanieves ”.
Esto explica que con el tiempo en torno a los acosadores se repitan los casos con diferentes víctimas y en diferentes épocas (los que yo he denominado en mis libros cadáveres en el armario).
Publicado por Profesor Iñaki Piñuel el 14.9.08
No hay comentarios:
Publicar un comentario